Mi Cabra Vegana se suma a la campaña San Fermín Sin Violencia iniciada por compañeras feministas antiespecistas. Porque no queremos fiestas basadas en la tortura ni el asesinato de ningún ser sintiente. Ni violencia ni violaciones, ni especismo antropocéntrico ni cultura de la violación. Las calles son nuestras y nosotras, las feministas, las queremos libres de violencia.
San Fermín Sin Violencia
Estos sanfermines se pone aún más de manifiesto la repulsa a la violencia machista, las feministas plantamos cara a la cultura de la violación, esa cultura que deja en la calle a los 5 violadores condenados por abuso (por abuso), la misma cultura que ha hecho brotar más manadas de violadores en chats, grupos de whatsapp, en las calles. Hombres que violan mujeres. En grupo. Como si su sola presencia no fuese ya intimidatoria. Y les sale muy barato. Ese es el mensaje que la justicia (patriarcal, garante del patriarcado y de la cultura de la violación) ha dado tras la sentencia bochornosa y la puesta en libertad de los 5 violadores. Voy a repetirlo: la justicia ha dejado en libertad a 5 violadores condenados por abuso sexual.
Sanfermines, donde el privilegio masculino se apodera de todas las vidas. Donde las agresiones sexuales están a la orden del día, donde el sistema de ordenación y jerarquización ideado por ellos los coloca en la cúspide de una pirámide de asesinatos, violaciones y sumisiones. Sanfermines, patriarcado en estado puro.
Ahora sumo a la visión feminista la perspectiva antiespecista. Fiestas cuyo único objetivo es la exaltación de la masculinidad patriarcal, donde las agresiones sexuales están a la orden del día y la explotación de los toros es un mero recurso para atraer dinero y generar caja. La objetivación de las mujeres como meros objetos de deseo a los que manosear, babosear, desnudar, violar (si está borracha, no se entera)… La objetivación de los toros como meros objetos de diversión a los que torturar, menospreciar, despojar de toda dignidad, aterrorizar… asesinar. En ambos casos, medios para la diversión masculina, medios para ellos. En ambos casos, sometidos a la jerarquía patriarcal y desprovistos de la capacidad de decidir, de elegir. En ambos casos, víctimas de la violencia inherente a la masculinidad construida por el patriarcado.
No se trata de ir con camisetas negras o pegatinas, no se trata de denunciar la violencia machista hacia las mujeres cuando, como mujeres, participamos en festejos cuyo principal atractivo es la tortura de un animal no humano. Eso es propio de ellos, los hombres. La igualdad no es eso. La igualdad no va de igualarnos en la barbarie que han creado para todo ser viviente, incluidos ellos. La igualdad es crear un mundo justo, sano, libre de violencias, libre de masculinidad patriarcal. Por todo ello, no sólo denuncio las agresiones sexuales en las fiestas patriarcales sino las fiestas en sí. Que vayan ellos. Que torturen ellos. Nosotras lucharemos por su eliminación. Nosotras queremos un San Fermín Sin Violencia machista ni patriarcal.
Como feminista y como antiespecista condeno estas “fiestas” que sólo dan rienda suelta a una forma de entender y ordenar la vida que es incompatible con un mundo justo, igualitario y sano; con un mundo feminista. Una forma que no es la mía y contra la que lucho cada día. Hasta que todas las jaulas estén abiertas. Y vacías.
San Fermín Sin Violencia. NO VAYÁIS
Texto: Eva Benet, compañera feminista y antiespecista que forma parte de este San Fermín sin violencia.
Estos días se ha generado un debate feminista sobre la asistencia o no de las mujeres a San Fermín, sobre la ocupación del espacio público, las consignas y el color de la ropa.
Reconocemos el enorme esfuerzo realizado por los colectivos feministas de Iruña para concienciar sobre la violencia sexual y ponerle fin. Sabemos que ha sido una lucha difícil, muchas veces incomprendida y solitaria. Sabemos qué significa estar solas.
Sin embargo, tras la lectura de diversos comunicados, de numerosos artículos en prensa, de entrevistas a feministas de Iruña, no entendemos cómo es posible que se silencie la tortura a la que serán sometidos los animales en los sanfermines. No entendemos cómo se pueden reclamar unas fiestas libres de agresiones, sin incluir el sufrimiento de otros cuerpos. Como si su sangre fuera invisible.
Porque el sufrimiento animal en San Fermín es el centro y vertebra la “fiesta”. Entre el 5 y el 14 de julio morirán 70 toros, más todos los necesarios para sustituir a quien no llegue vivo a la plaza. Accidentes en los encierros, golpes de calor, ataques al corazón. Morir de miedo. 70 sin contar los mansos.
Sabemos que el sufrimiento animal no es exclusivo de San Fermín. Es verdad que en otros lugares a los animales se les trata como si fueran seres inertes, sin capacidad de sentir. Pero también es cierto que en Las Fallas de València o en la Feria de Sevilla, sólo dos ejemplos, el uso de los animales por diversión es totalmente prescindible. En los sanfermines, no. Es la tortura animal, y no otra, la imagen que se proyecta al mundo. La imagen de, nos dicen, una fiesta internacional.
La lucha que compartimos contra la violencia sexual no puede construirse silenciando, banalizando o ridiculizando el sufrimiento de los animales. No hemos leído ni una propuesta que plantee una fiesta de verdad, en igualdad, sin violencia, sin la sangre de nadie. ¿O es que un toro no es alguien?, ¿su sangre no es real?, ¿su miedo no lo es? Ninguna de las voces feministas ha hablado sobre la tortura hacia los animales, más allá de algún artículo despachando el tema rápidamente. Nos preguntamos cómo puede ser que el sufrimiento de otros cuerpos resulte incómodo en un discurso que se enfrenta a la violencia cada día.
Hemos leído que la violencia sexual y la tortura hacia los animales son dos temas distintos, que no hay que mezclar. No estamos de acuerdo. Ambas violencias responden a patrones muy parecidos de cosificación y las lógicas de dominación son muy similares. Escribimos esto como feministas perplejas. Escribimos sabiendo qué significa marcharse de una manifestación mirando atrás, en cualquier lugar donde la “fiesta” se construye a base de dolor. Sabemos bien que todavía es más peligroso defender a un animal que torturarlo. Sobre todo si eres una mujer.
Los sanfermines no son una fiesta de igualdad y respeto. No pueden serlo, si se construyen así.
No podemos callar, no vamos a hacerlo. Porque la espina dorsal del animalismo es el feminismo. Son las gafas violeta las que hacen que identifiquemos las injusticias. Por eso este movimiento está formado mayoritariamente por mujeres y por eso es castigado y es insultado. Porque el feminismo cuestiona lo que nos dicen que es tradicional, normal y necesario. Por eso, la violencia contra los animales es un asunto feminista. Porque el feminismo siempre toma partido.
Lo que os pedimos es que no vayáis a San Fermín. Os pedimos que no participéis, que alcéis la voz a nuestro lado. Contra la violencia sexual, contra la cultura de la violación, contra la violencia hacia los animales. Por unas fiestas construidas en la igualdad, en el respeto, en la alegría.

2 Comments
Javier
Gracias sinceramente por hablar de este tema desde ambos sentidos.
☆
Lourdes Medina Ribagorda
Es la única manera de conseguir un análisis completo Javier. Gracias por tus palabras. Un abrazo.