Tras la impresionante respuesta en la campaña de recogida de pañales para las mujeres y niñas desplazadas, abril nos abre la puerta para ayudar a la juventud de Calais. Este mes hacemos campaña de recogida de móviles, con cargador y liberados. Ahora explico los motivos… Desoladores.
Campaña de recogida de móviles
El lunes, como cada último lunes de mes, fui a la sede de la Asociación Arena para entregar los pañales y el dinero en efectivo con el que comprar más y entregarlos a las mujeres y niñas de los campamentos de personas desplazadas. Una campaña donde la sororidad ha sido espectacular. Entendimos el mensaje: los hombres las violan cuando van al baño y necesitan pañales para evitarlo. El ir al baño, el ser violadas por los hombres.
Pregunté a Teresa, la presidenta a tiempo completo, la hacedora de tantas cosas buenas, la estratega, la matriarca, qué pedir en abril. Móviles, dijo. De nuevo ni sabía para qué los estaban pidiento, y de nuevo el corazón dejó de latir y el estómago se encogió. Os pongo en situación…
Campaña de recogida de móviles. Calais
En Calais se han reunido multitud de jóvenes con la promesa del gobierno británico de acogerlos. Esta promesa se rompió. Y allí siguen, niñas, niños y jóvenes, con el mar de un lado y la policía francesa (Francia, la de la libertad, igualdad y fraternidad), del otro. Médicos sin Fronteras ha organizado un campamento legal, abarrotado. Las y los menores deambulan por los campos y las carreteras durante el día, de noche los acogen simplemente para que duerman. A las ocho de la mañana los echan de nuevo a la calle. Y así día tras día, semana tras semana, mes tras mes… Menores sin personas adultas que los cuiden, que los protejan, que velen por su seguridad. En esto que las mafias han hecho desaparecer ya a decenas de miles de niñas y niños desplazados. En Alemania, Italia, Francia… Tráfico de órganos, de esclavas y esclavos, redes de prostitución… Los gobiernos no hacen nada. Nadie hace nada…
Y ahí entran las personas voluntarias que están allí velando, protegiendo, cuidando. Cuando los menores salen de los sitios donde duermen, la mafia espera. Pero también esperan voluntarias y voluntarios que van carretera arriba, carretera abajo, vigilando. Les dan móviles, para que los llamen en cuanto vean a los mafiosos, a los puteros, a los secuestradores, a los esclavistas, a los hombres malos. Cuando se termina el saldo les cambian la tarjeta, cuando hay que cargarlos, los cargan. Y así día tras día. Semana tras semana. Mes tras mes. Las personas voluntarias van y vienen. Las y los menores se quedan. Allí. Para un tiempo que parece ser siempre. Que es siempre. A las inclemencias del tiempo se suma la soledad, la suciedad, el hambre, la angustia, la desesperación…, y el miedo al secuestro por los hombres malos. A nadie le importa que desaparezcan decenas de miles de menores que huyen de sus casas destruidas por una guerra en la que nada tienen que ver. A nadie le importa nada. Mientras, voluntarias y voluntarios carretera arriba carretera abajo, repartiendo tarjetas sim, cargando móviles, protegiendo y velando.
Este mes Mi Cabra Vegana hace un nuevo llamamiento desgarrador: necesito todos los móviles que tengáis por casa, liberados y con cargador. La recogida será durante todo el mes de abril.
Porque no nos vamos a rendir nunca. Porque no me voy a rendir nunca. Os espero.
